Museo de la Energía: La vieja Usina del pueblo

En el año 1943, el Gobierno Nacional dispone a través de la oficina de irrigación, dependiente del Ministerio de Obras Públicas (luego Administración Nacional de Aguas), dada la insistente demanda del vecindario de San Martín de los Andes, la construcción de una planta hidroeléctrica, la que se inaugura en 1949. El proyecto contempla la ejecución de toda la obra embutida dentro del alto morro existente en el sitio elegido. Dicho lugar fue el destinado para la localización de la Usina ya que allí el arroyo Calbuco tiene un salto de 22mts. Primero se construye arriba la represa, luego, de acuerdo a la idea técnica adoptada, se cava en la roca, el túnel donde circulará el desvío de agua que movilizará los generadores. El intento de cavar en la roca el espacio necesario para albergar la Usina es desechado por la característica geológica del morro (piedra partida) que no ofrece la seguridad necesaria por los desmoronamientos. De todas formas, el túnel ya está construído, por lo que en el nivel inferior del salto de agua se arrima al peñasco y al túnel el edificio de la Usina.

Las maquinarias provenientes de Suiza, llegan hasta Buenos Aires en barco, de allí en tren a Zapala y en camión hasta aquí.
La obra es entregada por el Ing. Rubén Cotta en 1949, año en que comienza a generar energía, permitiendo que se amplíe y mejore el precario alumbrado público existente.

Hoy, los avances tecnológicos han vaciado el sentido funcional de la vieja úsina hidroeléctrica, quedando prácticamente en estado de abandono, donde sufrió actos de vandalismo.
En el año del centenario y por un convenio firmado entre el EPEN y la Municipalidad de San Martín de los Andes se reinauguró como Museo de la Energía, donde quedan plasmadas las diferentes posibilidades de producción de energía con que cuenta Neuquén, aportando un espacio cultural a la ciudad en su conjunto.

Museo de la Energía: La vieja Usina del pueblo

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