La
localidad de San Francisco de Laishí, declarado hoy Municipio
Ecológico, está ubicada a 70 Km. de la Capital de la
Provincia sobre la ruta provincial N' 1 y fue fundada por el Sacerdote
Pedro Iturralde en 1901. Esta Misión Franciscana lleva el nombre
del Santo Patrono de la Orden; y al cacique "Laishí",
dueño de estas tierras antes de la conquista del chaco. Durante
medio siglo aproximadamente, esta Misión se constituyó
en el centro principal de la región.
Encabezados por el Padre Pedro Iturralde, los franciscanos fundaron
una escuela, construyeron una capilla; y en un amplio y confortable
edificio de dos plantas instalaron talleres y fábricas, iniciando
así a los indígenas en la práctica de la industria
rudimentaria, como así también en los menesteres de
la agricultura y ganadería.
Para romper la incomunicación, instalaron un teléfono;
posiblemente el primero que hubo en la provincia de Formosa.
Cumplido el plazo de la concesión, la misión dejó
de funcionar como tal; pero ya se habla constituido bajo su amparo
una importante población que continuó denominándose
"San Francisco de Laishí".
El convento San Francisco es el núcleo de la Misión
Franciscana, su capilla al igual que el resto del convento es la misma
de su fundación. La estructura de las construcciones está
hecha con trozos de rieles, tiene un subsuelo donde en tiempos de
la misión estaban el Correo y la Farmacia. Actualmente funciona
el Instituto San Francisco en la planta baja y el noviciado y vivienda
de los frailes en el primer piso.
Una parte del Convento es hoy un museo donde hay armas usadas por
la Policía de Territorios Nacionales, instrumentos de meteorología,
un relicario, una custodia, un telégrafo, el bastón
del Padre Iturralde, arcos y flechas, una bala de cañón,
teléfonos antiguos, una trompeta y el Libro de Bautismo de
las Misiones Indígenas de los Padres Franciscanos.
La Capilla Sagrado Corazón de Jesús, pertenece al Colegio
Santa Clara de las Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo
Rey, monjas que llegaron a la Misión a solicitud de los Franciscanos,
en 1933, y funcionó hasta hace muy poco tiempo, como Colegio
Primario internado, para mujeres aborígenes.
Se conservan las Ruinas del Ingenio Azucarero y el Aserradero, donde
la acción de los Franciscanos, encauzó la capacidad
laboral innata del aborigen, resultando de ello, un desarrollo industrial
de gran importancia, a tal punto, que produjo en la década
del 20 azúcar de primerísima calidad, por lo que la
Unión Industrial Argentina lo distinguió en 1924, con
el Gran Diploma de Honor y la Medalla de Oro, por la excelencia de
su producto; asimismo los cigarros fabricados por operarias, en su
mayoría indígenas, llegaron hacer considerados de la
misma calidad de los habanos y de los mejores cigarros paraguayos
de esa época.
En los primeros años de la misión, los aborígenes
bajo la dirección del Fraile Miguel Amoundaraín, construyen
el puente que lleva su nombre, sobre el riacho El Salado, que en aquella
época era navegable, realizándose por él un intenso
tráfico comercial. |
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