San
Martín de los Andes
La Vida te ha convocado
al lugar donde estuvo el Paraíso: San Martín de los Andes.
Solo después de la sorpresa inicial, podrás empezar a comprender
que disfrutar tiene que ver con un entorno agradable, con la paz y el
silencio de la naturaleza, con la música del bosque y el canto
de sus pájaros, con el aleteo suave de los patos sobre la transparencia
del Lago Lácar, con el dejar correr el tiempo viajando con el viento
hacia los sueños.
Tanto cuando el horizonte transpone el equinoccio de marzo como cuando
el sol arrecia en el solsticio de diciembre, la vida de este pequeño
espacio del mundo se renueva con diferentes imágenes envueltas
en la gloria de la creación natural.
Tanto el blanco despojado de las nieves, como el multicolor arco iris
de las flores de primavera hacen detonar nuestros sentidos hacia la esperanza
y la tranquilidad.
La premisa insoslayable es disfrutar de todo aquello que el tiempo fue
dejando en este camino y al hacerlo respetar hasta el más mínimo
hálito de vida como homenaje a su existencia y regalo para nuestros
descendientes.
Los habitantes de esta aldea, trabajan en silencio para el visitante que
sin duda reconocerá las diferencias.
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