A 120 kilómetros de Ciudad
de San Luis, por la Ruta Nacional N° 146. Camino
totalmente pavimentado, custodiado amablemente por
cerros majestuosos y espacios verdes que ofrecen un
halo de fascinación al viajero.
Leandro N. Alem se ubica en el centro
de las localidades de San Francisco del Monte de Oro
y Luján, y posee lugares apropiados para la
práctica del trekking y el montañismo.
La historia afirma que esta pequeña
villa se llamó en sus inicios "Los Corrales";
luego "6 de Septiembre", y apenas a partir
del año 1947 se le conoce como Leandro N. Alem.
Este paraje también fue conocido en la antigüedad
por sus buenos arrieros y domadores.
El viajero tiene en Leandro N. Alem
una serie de alternativas para deleitarse con su entorno
maravilloso.
A tres kilómetros, por ejemplo,
encuentra Las Parrillas, una toma de agua que abastece
al pueblo y riega sus tierras de cultivo, aunque su
atractivo radica en que el río que corre a
su vera forma innumerables lagunillas en donde las
familias de la zona se refrescan durante el verano.
Más adelante, a 10 kilómetros
del centro del pueblo, se halla un hermoso y fascinante
lugar denominado "Los Morteros". El viajero
encontrará allí otro conjunto impresionante
de lagunas naturales entre las sierras, dignas de
admiración; y en los alrededores, espacios
ideales para acampar.
Si se retoma el camino y se recorren
otros tres kilómetros más se llega hasta
La Maroma. Según los leandrinos, la madre de
las lagunas, un maravilloso espejo de agua que suscita
la contemplación y el reposo espiritual. Un
rústico corral de chivos, construido con ramas,
y unas higueras de retorcidas formas, le dan al paisaje
un entorno particular.
En las inmediaciones de la villa
el viajero atento puede interesarse por una visita
paleontológica. El lugar se llama "Piedra
del Indio", una roca enorme que se esconde entre
las sierras, salpicada de quebrachos, molles y enredaderas.
Allí los aborígenes que poblaron la
zona hace miles de años impregnaron las paredes
de hermosas pictografías.
Otra alternativa es la excursión a pie a la
cima de El Realito, el guardián de la zona,
de 1,640 msnm. Se trata de una aventura que se inicia
en el Potrero de Los Leyes, se adentra por la quebrada
de Las Talas, que asciende por un zigzageante sendero
rodeado por palmeras tipo caranday, molles, espinillos,
manzanos silvestres y, principalmente, por las talas,
chilcas y romerillos.
Cuando el viajero llegue a la cumbre
hallará una altiplanicie en donde se solazan
impresionantes rocas que hace muchísimos años
sirvió como hogar de los aborígenes
puntanos. Incluso, en la zona se encuentra el sitio
arqueológico denominado La Angostura.
Esta localidad no cuenta con
alojamiento. Por ello es conveniente pernoctar en
las hosterías provinciales de Luján
y San Francisco del Monte de Oro, a 20 kilómetros
de distancia.
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