Al llegar
el conquistador español a América, trae estacas de
vid. Tal vez por dos razones; porque con ellos venían
evangelizadores y necesitaban vino para celebrar la
misa y porque las pasas de uva constituían un preciado
alimento para los largos viajes que debían afrontar.
Van fundando ciudades e implantando sus costumbres.
El 2 de marzo de 1561 Don Pedro del Castillo procedente
de Chile y acompañado de un grupo de hombres firma
el acta que da origen a la Provincia de Mendoza.
Este suelo estaba habitado por aborígenes huarpes.
gente pacífica dedicada a labrar la tierra. Cultivaban,
llevando el agua por canales, que ellos construían
y que sacaban de los ríos que nacen en la cordillera
nevada ya que el terreno en su mayor parte era árido.
Los españoles introducen nuevas especies, entre ellas
la vid, sin pensar que aquellas cepas serian, con
el correr del tiempo, la industria madre que caracterizaría
a la Provincia. También el destino querrá que sea
oriunda de España la imagen de la Virgen que patrocinara
a los viñedos y al labrador de las vides. Por el año
1811 un español, Don Antonio Solanilla, que no estaba
de acuerdo con el nuevo Gobierno instalado en Buenos
Aires, resuelve afincarse en Mendoza.
Entre sus pertenencias traía una imagen de la Virgen
que apareció a unos mineros muy pobres de Aragón,
sobre una carrocilla que utilizaban para el trabajo,
tenía el niño en una mano y en la otra granos de uva.
Milagrosamente, después encontraron la veta soñada.
Don Antonio adquiere una finca en las cercanías de
la ciudad; construye una casa amplia con una capillita
para la Virgen. Se casa con una linda cuyana con la
que forma un hogar muy cristiano. Siendo Mendoza tierra
donde los viñedos habían echado raíces profundas,
la Virgencita con granos de uva en la mano, no tardó
en hacerse popular.
Cuentan los abuelos que una noche de terrible tormenta
de piedra, sacaron a la Virgen de la capillita en
actitud de ruego y la tormenta cesó de inmediato,
por milagro. La fe de los lugareños la convirtió por
voluntad popular en la Patrona de los Viñedos Mendocinos.
La pequeña capilla fue quedando chica para tantos
devotos y por 1840 fue necesario construir una más
grande, (declarada en 1978 Monumento Histórico Nacional).
En 1938 las autoridades eclesiásticas reconocieron
esta nueva advocación de la Virgen María nacida en
Mendoza, como Nuestra Señora de la Carrodilla, transformación
regional de la palabra "carrocilla". Con
ese motivo la Provincia la declaró Patrona Celestial
de los Viñedos y la coronó con pámpanos y racimos
de uva el día 13 de febrero, creando así una nueva
celebración provincial. Los viñedos en Mendoza dan
nacimiento a prestigiosos vinos, tan buenos como en
Europa y a una Fiesta trascendental.
Los viñedos habían encontrado aquí la tierra propicia
y los hombres entendían que debía ser la industria
futura más importante. Por ello resuelven traer inmigrantes
entendidos en vitivinicultura y en 1884 dictan un
decreto nombrando agente de inmigración para Mendoza,
con residencia en Buenos Aires, a Don Guillermo S.
Binden. Sus funciones eran reunir familias prácticas
en toda labor agrícola, con especialidad en cultivo
de vides y elaboración del vino.
Otro decreto de ese mismo año decía: La Comisión
de Inmigrantes, dispone que se traslade a Europa Don
Santiago Soglieri para contratar 400 Inmigrantes destinados
al cultivo de la vid. Con arreglo a los pedidos que
por particulares se le hagan, el nombrado percibirá
un peso m / n por cada inmigrante que remita.
Ambas disposiciones dan lugar a la llegada de numerosos
trabajadores de viñedos, técnicos en elaboración de
vinos y construcción de maquinarías y elementos para
la Industria vitivinícola. A partir de allí comienzan
a expandirse las plantaciones de vides y nacen las
grandes bodegas, que dieron origen a vinos tan buenos
como los europeos. Mendoza tiene el orgullo de tener
aun en funcionamiento algunas de aquellas bodegas.
La industria vitivinícola da origen a una prestigiosa
fiesta. Desde tiempos muy remotos se celebraba el
final de la cosecha, tocando guitarras, cantando y
bailando cuecas y gatos cuyanos; los cosechadores
daban rienda suelta a la alegría de un año de trabajo
concluido. Elegían una reina de entre las cosechadoras,
a la que coronaban con racimos de uva y pámpanos naturales.
Por 1908 había llegado a esta Provincia procedente
de España Don José Tríanes Díaz, hombre muy culto
y estudioso de la vitivinicultura, quien sostenía
que el hombre debe desear lo mejor de sí para el país
que ha nacido, o donde vive".
En 1911 presentó al Gobierno un proyecto vitivinícola
que contenía cuatro partes, una era la Fiesta Anual
de la Vendimia", la que disponía: concurso anual
de una canción alusiva; exposición de pinturas (el
cuadro premiado pasaría a formar parte de una galería
de arte vendimial); obra de teatro dedicada a la vid
y presentada al aire libre; premio al almacenero que
vendiera más vino; y a la marca de vino más solicitada.
Completaba el programa: almuerzos, cenas, paseos a
lugares turísticos, visitas a las bodegas y un gran
desfile de carruajes.
Dos años más tarde, en 1913, se elige a Mendoza para
sede del 2º Congreso Nacional de Industria y Comercio.
Llegan 800 invitados en un tren especial orlado con
racimos de uva y pámpanos en el que los visitantes
recorren los alrededores de la ciudad, quedando maravillados
de las pintorescas bodegas y viñedos. En esa oportunidad
se acepta la iniciativa de Don José Trianes Díaz y
se realiza la Fiesta de la Vendimia por primera vez.
Un viernes 11 de abril desfilaron bellísimos carruajes
con elementos destinados a la elaboración de vinos,
algunos de ellos, verdaderas obras de artes como el
del Dios Baco, el carro de Noé, la carabela conductora
de vid y otros por el estilo que sumaban 22.
Al final iban numerosos trabajadores de agricultura
simulando la vuelta al hogar después de la cosecha.
Sí bien esta Fiesta no coronó reinas como en la actualidad,
tuvo marcado éxito, comentado en todos los diarios
del país.
Los gobiernos posteriores no supieron aprovechar este
valioso aporte de quien trabajó y amó este suelo sin
haber nacido aquí. Recién en el año 1936 dos hombres
visionarios firman un memorable decreto para que la
Fiesta de la Vendimia se realizara todos los años:
el Gobernador Dr. Guillermo Cano y su Ministro de
Industrias y Obras Públicas Ing. Frank Romero Day
ellos habían viajado por Europa y presenciado fiestas
de este tipo.
Un 18 de abril se llevó a cabo, congregando tanta
gente que aún está en la nostalgia de nuestros padres
y abuelos. La primera reina fue la representante del
departamento de Godoy Cruz, Delia Larrive Escudero.
Hoy no solo es la Fiesta Grande de los mendocinos,
que trae miles de turistas, hasta de países muy lejanos,
sino que es la Fiesta Nacional de más connotación
y más antigua del país. Los actos centrales duran
una semana con diversos espectáculos.
Con anterioridad a los mismos cada distrito elige
su reina; luego se hace una fiesta en la cabecera
del Departamento, para coronar a la que los representara
en la elección provincial. Por ser los mendocinos
de raíces muy cristianas, a partir de 1938 se agrega
como uno de los actos más importantes, la Bendición
de los Frutos, la que está oficiada por el Obispo
de Mendoza. Se realiza al atardecer, empezando con
la llegada en procesión de la Patrona de los Viñedos,
a la que acompañan gauchos con criollas guitarras
que le cantan hermosas canciones inspiradas en su
devoción.
La primera la efectuó Monseñor José Aníbal Verdaguer,
primer Obispo que tuvo Mendoza, bendijo una enorme
paila colmada de frutos; el gran poeta mendocino Alfredo
Bufano recitó su poema "Pionero del Trabajo";
las voces de numerosos niños entonaron el Himno de
la Vendimia y 2000 palomas remontaron vuelo, entre
el verdor de la arboleda del Parque Gral. San Martín.
En el año 1939, a este acto se le sumó el toque de
la reja. De esta forma se acostumbraba a llamar al
descanso al mediodía y al atardecer, cuando no existían
los relojes. La reja es la herramienta que simboliza
al labrador de la tierra, a quien se le dedica este
justo homenaje; al verdadero propulsor de la Vendimia;
al que sin su esfuerzo no habría cosecha ni vino;
al que desafía el sol de enero y las heladas mañanas
de julio. En esta oportunidad el Obispo bendijo dos
carros, uno con uvas y otro con frutos. El palco para
la Bendición representaba una catedral; ejecutó el
órgano el maestro Julio Perceval, al fondo una enorme
cruz imitando la del Congreso Eucarístico que se había
realizado en Buenos Aires.
En el año 1940 una fuerte tormenta, impide la realización
del espectáculo central. Al día siguiente en una cena
en el Plaza Hotel se elige la reina. Este accidente
climático da lugar al nacimiento de otro acto, el
lunes por la noche desfilan los carros de nuevo con
el nombre de Corso de los Carros Alegóricos".
Lo que hoy conocemos como "Vía Blanca de las
Reinas"- y se lleva a cabo el viernes por la
noche, pasando carruajes preciosamente iluminados
y adornados; se inicia con el carro de la reina y
virreina del año anterior; le siguen los de las reinas
invitadas que representan la industria de otras provincias
argentinas. Luego van los 18 carros de los departamentos;
en el centro la reina departamental y a su alrededor
la de los distritos, cada uno muestra el potencial
económico y paisajístico de su departamento. (Estos
tres destacables actos fueron agregados durante el
Gobierno del Dr. Rodolfo Corominas Segura, quien estudió
y defendió la vitivinicultura, desde su banca en el
Congreso Nacional y como Gobernador).
A la mañana siguiente con el nombre de "Carrusel
de la Reinas", desfilan los mismos carros, además
de los medios de transportes usados en el pasado.
La llama y el burro cargados con recipientes de cuero,
el caballo, la carreta, la galera, la diligencia,
el sulky, el coche de plaza, el tranvía tirado a caballo
y distintos tipos de bicicletas, hasta llegar a los
más modernos medios de transporte actuales; todos
llevan pasajeros ataviados conforme a su época; parejas
de novios vestidos a la antigua y parejas de novios
de gaucho y su china montados en relucientes caballos;
ramilletes de juventudes que saludan con gracia y
contagian con su alegría; agrupaciones gauchas con
trajes típicos montados a caballo con vistosos arneses;
cantidades de bailarines que representan países de
América caminando con mucha gracia; bandas de músicos
locales y visitantes.
Estos conjuntos tan variados forman un desfile incomparable,
donde el colorido resalta aún más, al pasar por las
características calles de Mendoza, con acequias a
ambos lados bordeadas de verdes y frondosas arboledas.
Miles de espectadores se vuelcan a lo largo del recorrido.
Por la noche, en el teatro griego, construido en la
falda de los cerros que lindan con el Parque Gral.
San Martín, al Oeste de la Ciudad, se lleva a cabo
la Fiesta Magna.
Es un espectáculo sin precedentes, desarrollado en
un gigantesco escenario de 130 mts. de boca y en otros
13 escenarios con escenografías construidas en los
cerros aledaños, que son iluminados por más de 200
cajas lumínicas. Para los efectos especiales realizados
con aproximadamente 250 km. de cable, 30.000 fuentes
de luz, son necesarios de 3.000 a 4.000 KW de potencia.
La puesta coreográfica cuenta con la participación
de 1.000 bailarines que danzan al compás de bellísima
música regional que se difunde, con una sonorización
de 1.500 a 2.000W., a través de 300 parlantes distribuidos
en los escenarios y cerros. Para la construcción de
estos escenarios se utilizan aproximadamente 4.000
mts. de madera, 9.000 mts.2 de chapadur, 8.000 mts.
de caños acrow, 100 km. de cables, 2.000 lts. de pintura
y 3.000 m2 de lienzo, entre otros elementos. Se utilizan
entre 3.500 y 4.000 trajes de bailarines que cambian
año a año, al Igual que entre 1.000 y 2.000 elementos
de utilería, según el libreto y la dirección técnica
que está compuesta por un director gral. y un equipo
de 30 asistentes en distintas áreas. Todo esto, trabajo
de un pueblo, hace de esta fiesta un recuerdo inolvidable,
presenciado por 22.000 personas cómodamente ubicadas
y otras tantas en los cerros aledaños.
Por votación de un jurado se elige una reina entre
las representantes de los departamentos que obtendrá
la distinción de Reina Nacional de la Vendimia hasta
el año siguiente. Con respecto a la canción vendimíal,
la de 1946 titulada "Mendoza", fue la que
mas penetró en el pueblo y quedó institucionalizada
de hecho. En 1948 se produjo por primera vez un empate
y debido a lo avanzado de la hora se continuó al día
siguiente.
Este imprevisto hizo que a partir de allí se repita
la Fiesta el día domingo. En cuanto a los escenarios
para la elección y coronación de la Reina sería muy
largo describir la belleza y espectacularidad de cada
uno, los que han causado el asombro de turistas, y
de calificadas personalidades nacionales y extranjeras.;
y viven en el recuerdo de los mendocinos con orgullo.
En el año 1962 se decide terminar el Teatro al Aire
Libre inconcluso, comenzado en 1940, obra del gran
arquitecto Daniel Ramos Correas; él mismo realizó
el trabajo en forma gratuita, a fin de que sea aprovechado
con la intención que en aquella oportunidad se pensó.
Aquellos hombres trabajaron para las generaciones
venideras y no se equivocaron cuando dijeron: "..
nada puede igualarse como espectáculo de maravilla
el que ofrecería esa obra con dominio del inmenso
panorama cordillerano y la perspectiva alta y baja
del lugar...,, El Teatro lleva el nombre del Ing.
Frank Romero Day, por ser uno de los pilares de la
Vendimia quien siendo Ministro nuevamente en 1941,
propulsara la obtención de fondos para continuar la
obra.
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