La
Estancia Jesús María fue el segundo núcleo productivo del sistema
organizado por la Compañía de Jesús. Se construyó a partir de
1618. Esta Estancia se caracterizó por su producción vitivinícola,
la que alcanzó un alto grado de desarrollo y calidad, y que
se ha prolongado en el tiempo constituyendo una característica
de la zona.
La
Estancia de Jesús María incluye la Iglesia, la residencia
y la bodega, restos de antiguos molinos, perchel y tajamar.
Han desaparecido las construcciones destinadas a las habitaciones
de indios y esclavos, así como los campos de cultivos y de
pastoreo. Construida alrededor de un patio central cerrado
en dos costados por un claustro de dos niveles, es notable
la arquitectura de sus arcos superpuestos. La Iglesia de nave
única abovedada posee un exterior sobrio, destacándose su
importante cúpula central, ricamente ornamentada con bellos
relieves en su interior, y la elegante espadaña de piedra
ubicada junto a la sacristía.
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