Vendimia de San Martín

Con una reñida elección y la actuación de Los Chalchaleros templaron la fría noche del sábado en el Este.

Un cielo nublado, las cercanas tormentas y una brisa que era casi viento amenazaron pero no impidieron que los sanmartinianos tuvieran su "Vendimia del alma" y a la culminación del sobrio espectáculo, se desarrollara una reñida elección que dio la consagración definitiva a la bella representante de Palmira, María del Valle Marcel.

Tras la obra -recreación del proceso vegetal que nace con el racimo de uva y que termina en vino mendocino- se procedió a la elección y coronación de la soberana departamental, en remplazo de Betiana Anitori, la elegida en 1999. Luego, el broche de oro fue la actuación de más de una hora del afamado conjunto folclórico Los Chalchaleros.
La fiesta se inició con la bendición de los frutos a cargo del cura párroco de Nuestra Señora del Carmen, Sergio Martín, y la invitación a comenzar a cosechar la producción, formulada por el intendente, Julio César Arancibia. El ingreso a escena de la Virgen arriba de un carro, con promesantes y las candidatas marchando detrás arrancó los primeros aplausos.
"Hola, amigos, soy un racimo de uvas escondido entre camellones, al abrigo de sarmientos y pámpanos. Soy el fruto de la vid y el trabajo del compartido del hombre", decía el guión elaborado por la docente Lila García de Salvarredi.
Una sucesión de bailes y efectos coreográficos fueron introduciendo al espectador en las diferentes etapas del trabajo agrícola, con la participación en escena de la Escuela Municipal de Danzas Nativas, con la dirección del experto Angel Giménez y de Pamela G. de Gaetano, en la parte clásica. Hubo momentos fuertes y serenos, con escenarios completos de bailarines y a veces desnudos de gentes, en ágiles cambios, que los presentes recompensaron con aplausos. Se trató, y en parte se consiguió, que hubiera una conjunción de arte en matices diferentes: lo folclórico y lo neoclásico apoyados por efectos lumínicos y sonoros en vivo y en off.
El homenaje a San Martín, a través de una zamba; la serenata a las reinas, por medio de una intrepretación de "Los errantes soñadores" , el típico malambo y la chacarera "Entre a mi pago sin golpear" fueron algunos de los aciertos de la noche. Al fin también se dibujó con gusto el tiempo de la cosecha (que en el guión conlleva una pequeña crítica social, cuando dice "tiempo de cosechar con fichas mezquinas de valor y precio) y el surgimiento del vino, "vino que en botellas descorchan perfumes que embriagan".
En escena se colocó, en determinados momentos, hasta 250 personas, que se movieron con armonía en sus desplazamientos. En síntesis, un espectáculo bien coordinado por Santos Nazareto y sus colaboradores, ofrecido con decoro y sobriedad que agradó a los casi 7.500 asistentes, que oblaron entradas entradas de $ 1 (populares), $ 3 (platea) y $ 4, en el campo.
Bastante reñida resultó la elección de la reina departamental porque en varios pasajes del recuento de votos se produjeron empates entre las candidatas de El Espino, María Cristina Dolcemáscolo, de 20 años y de Palmira, María del Valle Marcel, de 18 años.
Este acto contó con la animación de Rodolfo Manzanares, Carina Barroso y Leandro Baldivieso. Al final y en los primeros minutos del domingo, la barra de Palmira estalló en júbilo al proclamarse la consagración de su candidata al sumar 28 votos contra 4 menos que obtuvo la joven Dolcemáscolo, a la postre elegida virreina, mientras que en tercer lugar llegó la representante de Montecaseros, Marcela Verónica García, quien sumó 16 sufragios.

María Lourdes Alvarez es la nueva reina de este departamento del Este mendocino, en el que el sábado a la noche se vivió una fiesta particular, debido a las malas condiciones del tiempo.

A pesar de la copiosa lluvia que comenzó a caer en el momento preciso en que se escuchó el estruendo de una bomba, que indicaba el inicio del espectáculo y luego de un esfuerzo coordinado de los organizadores del evento, el pueblo de San Martín no se rindió y una hora más tarde, pudo disfrutar de una puesta en escena donde el colorido y las danzas fueron por demás aplaudidas.

Cuando comenzó a llover, a las 22.45, las aproximadamente 5.000 personas que se encontraban en las gradas del Club San Martín, dejaron sus lugares para irse a casa, pero por suerte fue sólo un chaparrón y una hora más tarde todos regresaron a sus lugares, que aunque se encontraban mojados, volvieron a sentir el calor de los asistentes.

No ocurrió lo mismo con las autoridades provinciales, quienes pensando en que la lluvia no cesaría y que la fiesta se iba a cancelar, subieron a sus autos y se dirigieron rumbo a la Capital.

El palco oficial estaba formado por el intendente departamental Julio César Arancibia y su comitiva, el vicegobernador de Mendoza, Juan Horacio González Gaviola, diputados y senadores nacionales y provinciales, de los que sólo retornaron, al culminar el aguacero, la diputada por el PD Teresa Peltier; el presidente del PD de San Martín, José Alvarez y el dirigente demócrata Gabriel Llano, además de las autoridades departamentales.

A la media noche todo estaba nuevamente preparado para comenzar la fiesta, la que transitó por 6 cuadros diferentes, que relataban la vida del labriego, sus alegrías y tristezas y en la que se pudo apreciar el diálogo de un abuelo, que relataba a su pequeña nieta los sacrificios del cultivo de la vid y la ilusión con que se espera la época de cosecha.

Pero el espectáculo más aplaudido fue el que interpretaron 20 jinetes vestido de granaderos, indios y gauchos, quienes recordaron el victorioso paso del General San Martín por esta tierra.

Es de resaltar que en escena hubieron 300 bailarines, entre ellos niños pequeños y un ballet integrado por jóvenes con capacidades diferentes, cuadro que fue ovacionado en forma especial por el público.

En todo momento, el escenario estuvo plagado de luz y fuegos de artificio. No faltó el sol, la luna, las imágenes de la uva, el tacho recolector y dos pantallas gigantes que transmitieron el ritual de la cosecha. Al finalizar la fiesta, el público pudo observar también, la imagen de la Virgen de la Carrodilla, mientras los bailarines realizaban una procesión con antorchas encendidas, que culminó en el centro del escenario, donde todos se reunieron para dar el saludo final.

Pasada la una de la mañana las candidatas al trono departamental se hicieron presentes en el escenario y dio comienzo la elección, en medio de un ambiente de emoción que desde un principio se había hecho notar.

Había grupos con pancartas, bombos, silbatos, matracas y petardos que alentaban a cada una de las soberanas, pero las más aclamadas fueron las de Nueva California, Montecaseros, Chapanay, Palmira y Ciudad.

A medida que los locutores avanzaban con la lectura de los votos, el público redoblaba su furor, hasta que el recuento de los sufragios definió a la candidata de Nueva California, María Lourdes Alvarez, como la nueva soberana departamental, con 58 votos a favor. La virreina, Fernanda Soledad Furcades, del distrito Montecaseros, se hizo acreedora de 33 sufragios.

María Lourdes, una vez coronada exclamó que su distrito no había logrado el cetro departamental desde 1982 "ahora la gente de mi pueblo se sentirá orgullosa y yo trataré de representar a mi departamento de la mejor manera posible".

..."En su templo de surcos y acequias, está el protagonista del Milagro Vendimial..., Juan El Labriego"..._Así comienza la línea argumental, a través de un diálogo con el agua y las vides, frente al espejimos danzante de un sol que se va adueñando lentamente de todo el cielo, espantado con el brillo de sus alas a las sombras del la noche que huyen silenciosamente, mientras sus rayos parten como torcazas buscando en la aurora las esperanzas de un día muy especial: La Vendimia. La misma desarrolla a través de conceptos claros, definiciones concretas, y con un léxico entendible y simple, como el protagonista, abordando el esfuerzo, las alegrías y esperanzas que brinda la presencia de un surco abierto. Entiende Juan que Vendimia no solo es una fiesta, es una agradecer a Dios y el comienzo de un nuevo desfío!. La fiesta presenta seis cuadros identificables y objetivizados, junto a una dinámica premanente y sorpresiva. Al diálogo del labriego, se incorpora su nieta, portadora del mejor "paréntesis" del tiempo: Un Mate.

1997
Silvia
Domínguez

1998
Maria
Salvarredi

1999
Betina
Anitori

2000
María del Valle Marcel

2001

María Lourdes Alvarez