Esta población
ubicada en el norte de las Sierras Chicas, se distingue
por su excepcional paisaje y su benigno clima. Ascochinga
brinda un marco ideal para realizar cabalgatas y caminatas.
En medio de antiguas estancias, y casonas residenciales, se
levantan dos grandes hoteles abiertos a todo público y una
excelente cancha de golf.
Siguiendo
por el camino de tierra hacia La Pampa, se llega a los balnearios
y campings, a unos 7 Km. de Ascochinga por el camino de tierra
hacia La Cumbre, se encuentra el hermoso balneario natural
Tres Cascadas, y a unos 4 Km. por la ruta pavimentada a Jesús
María se arriba a la Estancia La Paz.
1. ESTANCIA LA PAZ
Recientemente
ha sido recuperado el casco de esta estancia para nuestro
patrimonio gracias a un emprendimiento privado. Como en casi
toda la región estas tierras fueron entregadas entre los primeros
conquistadores, y luego de distintas sucesiones y herencias,
fueron bautizadas con el nombre de Corral de Piedra.
Posteriormente,
fue uno de los numerosos puestos de la Estancia Santa Catalina
que alcanzó a abarcar más de 62.000 hectáreas cuando en 1767
fueron expulsados los jesuitas de América. La junta de temporalidades
se hizo cargo de los bienes jesuitas, entre ellos Santa Catalina,
la que fue adquirida por el Coronel. Don Francisco Díaz. Luego
de distintas sucesiones y subdivisiones, el puesto de Corral
de Piedra llega a manos de Tomás Funes, cuya mujer era nieta
de Díaz.
Funes
construyó el actual casco de la estancia allá por 1830; y
en 1859, después de haberse firmado el pacto e San José de
Flores y con la esperanza de pacificación en el país, decidió
cambiar el nombre de la estancia por el de La Paz. Tomás Funes
tuvo dos hijas, (Elisa y Clara) que se casaron en 1872 con
sendos futuros presidentes (Miguel Juárez Celman, y Julio
Argentino Roca).
Clara
y Julio A. Roca pasaron largas temporadas en La Paz; en 1890
ella muere y Roca hereda la estancia que continuó utilizando
hasta su deceso en 1914. En la estancia, Roca recibió numerosas
visitas, como la de Sarmiento, Avellaneda, Pellegrini, Figueroa
Alcorta y Cárcano, entre muchos otros.
En la actualidad, funciona también allí un restaurante al que
puede concurrir aunque no esté alojado, con previa reserva.