Los datos históricos de la región donde actualmente
se encuentra ubicada La Calera, se remontan a 1589, cuando
el gobernador V. Hernando de Lerma, entregó las tierras
de Guamacha, habitado por los Topocayas, a D. Blas de Peralta,
el cual acompaño a don Jerónimo L. de Cabrera
cuando fundo la ciudad de Córdoba, como premio a su
eficaz labor de conquistador.
La denominación actual se debe a la existencia de
grandes yacimientos de piedra caliza, y le fue dado por los
españoles, quienes desde allí llevaban este
material para ser utilizados en las hermosas construcciones
de la Córdoba naciente.
Según los libros de la Compañía de
Jesús, ya en el año 1613 se proveía de
cal las obras del Colegio Mayor desde unos hornos que existían
en nuestra hacienda de La Calera. La Estancia de La Calera
Sud fue una de las primeras construcciones que se levantaron
en el lugar, aunque no hay datos exactos de la fecha en la
que se hicieron. En el año 1750 su propietario don
José de Las Casas vende a los Jesuitas, quienes la
utilizaban como casa de descanso.
Cuando estos son expulsados en 1767, la estancia queda a
cargo de la Junta de Temporalidades, adquiriéndola
luego el Coronel de Milicias Francisco Díaz, y más
tarde el Presbítero don José Noble y Canelas,
quien al tomar posesión de ella en 1776 hace construir
dos molinos, huerta y otras varias piezas. (A. de T.)
El Molino doble era impulsado por el agua que venia desde el
caudaloso Suquia por un canal construido a tal efecto. La Capilla
Vieja, en cambio, es anterior a 1750, ya que el Padre Raukel
dejó constancia de que antes de 1727 fue enterrado en
ella el Padre Salvatierra.
La estancia luego pasa a poder de D. Andrés de Aramburu
(1810) y después a don Luís de Allende. A Partir
de entonces toda la zona, tanto Calera Sud como Calera Norte,
pasaron por varios propietarios, se fraccionaron y comenzó
a formarse la población que hoy conocemos como La Calera.
Su cercanía con Córdoba, según lo afirmado
por el R. Padre Grenón, hizo que fuera la primera y
aristocrática Villa Veraniega de la Sierras de Córdoba.
En antiguos planos y documentos consta que en la parte sur
de la actual población, existían hermosas casas
de descanso pertenecientes al clero y a las más distinguidas
familias de cordobesas.
Atraídos por su clima y la belleza de sus paisajes,
llegaron hasta aquí varios ilustres visitantes:
1814: El Gral. D. José de San Martín, quien
según varios autores, entre ellos el Gral. Bartolomé
Mitre y el Dr. Anibal Ruiz Moreno, afirman que
el ilustre general se retiró a La Estanzuela para descansar
antes de dirigirse a Cuyo.
1871: El presidente Domingo F. Sarmiento con motivo de su
visita a Córdoba para inaugurar la Primera Exposición
Industrial, se alojo en el Parque Hotel.
1943: Visita del Presidente Edelmiro J. Farrel.
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